Si no me equivoco, es la tercera vez que visito la Ciudad de México. Ahora no fui de paseo familiar, ni a presentarme en vivo. Ésta vez fui simplemente a caminar por ahí.
Semanas anteriores a mi llegada sabía lo que venía: llegar a la ciudad más grande del país, ajustar mi material y presentarlo. Oportunidades e invitaciones no faltaron; pero al final, decidí dejarlo de lado por el momento. Tenía que enfocarme en algo más. Algo que tocaré en otra ocasión.
En ésta nueva curvatura de sucesos y cambios repentinos, ahí seguía esa sensación. Esa sensación obsesiva de probar un poco de todo nuevamente. Y así lo hice.
Viva Glam 2015
Casi al llegar a la ciudad, acudí a un con una amiga al Viva Glam, un evento de música que se realiza anualmente en donde se presentan diferentes exponentes de la música obscura nacional, entre corrientes de EBM, Future Pop, etc.
Fue bastante gratificante poder escuchar, después de algunos meses, canciones como Assimilate de Skinny Puppy a todo volumen mientras me tomaba tranquilamente una cerveza.
El evento estuvo muy bien. No obstante, la noche y el cansancio acumulado hicieron lo suyo.
Al día siguiente, desperté bastante tarde, así que otros días valdrían para recorrer la ciudad.
Reconociendo la Ciudad de México

Muchos lugares que visité ya eran familiares para mí, por lo que la lista de pendientes era corta, quizá sólo estaban pendientes un par de lugares en mi lista del must have. Aún así, disfruté visitar algunos como si fuera la primera vez.
Coyoacán

Entre algunas de las zonas que recorrí estaba Coyoacán. Previo a una reunión que tendría con amigos en un bar cercano y poco antes del anochecer, me dispuse a caminar y sentarme a observar por ratos.

El matiz que tenía la zona era bastante agradable y el clima ayudaba mucho a poder disfrutar la zona.
Palacio de Bellas Artes

Bellas Artes fue una zona que visité como unas tres veces en diferentes intentos fallidos de entrar a una exposición de Leonardo Da Vinci.
Lamentablemente me fue imposible entrar a la exposición. Si no era muy tarde para entrar, era que los revendedores subían los precios a niveles que me parecían bastante excesivos.
Preferí sentarme nuevamente por ahí, observar a mi alrededor o caminar sin rumbo fijo hasta el anochecer.
Angel de la Independencia y Reforma

Mis amigos Bob y Lily me llevaron a recorrer buena parte de la ciudad a pie. Una forma de conocer ciudades que me encanta. Así, una tarde de sábado y después de la caminata y compra de tenis en El Chopo, recorrimos -entre otros- la Zona Rosa, Reforma y terminamos en el Ángel de la Independencia.
Monumento a la Revolución

Un día en la semana visitamos el Monumento a la Revolución. Aunque emblemático y casi obligado en una visita a la ciudad, no me había tocado pasar por ahí. Así, casi antes de la tormenta, lo recorrimos a pie.
Xochimilco

Xochimilco también fue uno de mis objetivos que me resultaron frustrados con anterioridad. Si no era por tiempo, era por alguna persona que quería venderme un recorrido con sobreprecio.
Cuando por fin logré subir a una trajinera, disfruté de un recorrido interesante, con música, color y hasta con pan dulce tradicional de la zona al final.
Cineteca Nacional

Un sábado que nos disponíamos a ver alguna película en casa de Bob y Lily, preferimos buscar alguna alternativa en la Cineteca Nacional.
Las instalaciones son muy modernas y están muy bien cuidadas. Pareciera que se visita un lugar caro, cuando en realidad es bastante económico en comparación con las cadenas comerciales.

Además de que babía una variedad interesante en cine nacional y extranjero que profundizaba en temas como la pobreza, la violencia y el descubrimiento personal.
Al final nos decidimos por ver una película alemana que tenía una modalidad de falso documental que fue muy cómica y me recordó algunos viejos ayeres.
Otros lugares

Obviamente visité muchos otros lugares en la Ciudad de México. Unos que no sabría como presentar y otros que mejor me dedicaré a presentar en un escrito posterior. Pero creo que lo importante en un viaje no es conocer todos los lugares posibles, sino entrar de lleno en la vida del lugar que se visita.
Los capitalinos: vida y cultura

De nuevo, no era mi primer contacto con la gente del DF, así que ya tenía mas o menos medido el como-funcionan-las-cosas. Eso me permitió ser más perceptivo de lo que pasaba alrededor desde una perspectiva ya más aterrizada.
Pude disfrutar de la siempre famosa lucha libre, shows al aire libre y de un par de exposiciones en las calles.







Por el otro lado, como parte también de la vida capitalina y producto de los conflictos políticos y sociales, me tocó ver algunas manifestaciones de la fricción constante entre habitantes y gobierno.


Es interesante ver éste tipo de cosas, ya que reflejan mucho la falta de integración de ambas partes.
Sin profundizar en que hay lugares donde la separación entre zonas favorecidas y zonas pobres es bastante contrastante.

Trasladarse a todas partes en Metro

Viajar en el metro es extremadamente práctico, sobre todo si viajas con un presupuesto limitado y con ganas de conocer todo por tu propio pie. Sólo consigues un mapa de las rutas y otro de la ciudad y te mueves libremente. En sí, es toda una experiencia que en lo personal siempre me ha parecido muy buena, aunque por ratos es agridulce.

A diferencia del tren ligero de Guadalajara, aquí predomina el ruido. La música de los vendedores ambulantes a todo volumen y otros más gritando lo que venden en medio de pasajeros sumamente cansados, apretados unos contra otros y con caras largas.
Es algo propio de una ciudad muy agitada y sobre todo muy común en todas las estaciones, con excepción de las líneas modernas donde hasta pantallas de TV hay.
En ocasiones, ese ambiente me tenía casi impulsivamente tarareando Welcome to the Machine de Pink Floyd.
Torta de tamal y pambazos

La comida en la Ciudad de México siempre ha sido muy variada y económica. Sin embargo, ésta vez yo iba dispuesto a probar una comida en específico, la mítica torta de tamal. La torta de tamal es un platillo que siempre me resultó curioso por lo literal de su apuesta: un tamal dentro de una torta. Simple, pero al mismo tiempo un manjar para muchos capitalinos.
Al momento de comer la torta, me daba la sensación -obviamente- de estar comiendo algo demasiado amasado. Pero siendo un tamal y bolillo recién hechos, su consistencia es suave y lo pude disfrutar bastante.
Usualmente trataba de variar los alimentos y buscar lugares de comida corrida, los cuales son bastantes en la ciudad, además de muy variados y económicos. Aunque había días, en cambio, que preparaba comida casera; y así otros en los que de pronto rompía y se me antojaban unos tacos cerca del Metro.
Como todo era tan impredecible, un día terminé incluso desayunando pambazos con mi amigo Bob. Muy buenos y efectivos para un día lleno de actividades.

Conclusión
La ciudad me gusta. No me encanta, pero me gusta. Tiene muchas cosas para hacer, hay gran variedad de lugares, personas, etc. Pero esa sensación de que todo va tan de prisa y de que parece que se tiene una carrera contra el tiempo es asfixiante.
Lo sentí en carne propia. Sentía que podía hacer todo pero encontraba tiempo para casi nada. Y mucho más cuando ya tengo esa tendencia.
Eso si, he de reconocer que cada que visito la ciudad mi opinión mejora considerablemente.
Quien sabe, puede que en mi próxima visita simplemente encuentre algo que me diga «ya no te vayas».
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